Jugando entre las hojas de otoño,me asomé en la ventana de algo llamado: escuela. Lugar donde la jerarquización cerebral empieza. En una especie de altísimo respeto, se posaba un caballero cual belleza no encontré, pero sus palabras eran tan cautivadoras, que me hacían danzar. A la hora, una bella dama tomó su cargo, se apoderó del lugar como si su reino ya hubiese existido desde tiempos antiguos. La cara de los que estaban a su mando, se tornaban a aquél color que tanto detesto, aquél color que toman las nubes cuando la lluvia acecha. Me preguntaba si era cuestión de belleza o cuestión de amor por enseñar a sus pupilos; pero la diferencia entre ambos, era extensa, como el camino que me toma llegar a Canadá. Regresando a mi relato, recuerdo, que en tono arrogante se repetía una y otra vez: ¿qué hacen aquí? ¿son dignos de éste lugar?. Era evidente, todos le temían y el júbilo no hacía juego con sus rostros. Hasta que una valiente señorita, con fuego en el pecho, pero con calma en las palabras, le respondió:
Perdone a mi tal vez, llamada arrogancia que burló a mi silencio. pero,¿ usted es digna de nosotros? usted lo sabe todo. Supongo, que sabe que todos somos potros queriendo correr en el salvaje destino. vinimos a conocer los tiempos del viento y a correr junto a el. ¿ Y así me pregunta si soy digna? ¡si la respuesta ya la tiene! no nacimos corriendo, pero nos enseñaron. Quiero decir...¿usted nos enseñará a domar a los salvajes que quieran montarnos? ¿ o será parte de ellos, para vernos caer?
El silencio se volvió más incómodo, y aprendiendo la lección, decidí marchar a mi siguiente destino.
Dreamsandmoon.